En un pueblo había llegado el circo que todos estaban esperando, pero había un pequeño detalle; que los payasos según contaron, estaban varados a la mitad de la carretera y ya casi empezaba la función, pero no llegaron.
Pasaron unos días y no se reportaban entonces los muchachos que estaban en el circo decidieron poner avisos en el pueblo para encontrarlos porque según las personas del circo eran sus mejores payasos.
Entonces los del circo decidieron buscar otros payasos para así presentarlos en el circo el día de la función.
Pasaron horas y horas buscando al menos tres payasos, no encontraron ni uno.
Luego pusieron avisos para ver si alguien se interesaba. Al rato de haber puesto los avisos, le sonó el teléfono al dueño del circo. Era un señor muy recochero preguntando por el trabajo de payaso.
el dueño del Circo le preguntó que cuántos eras, el señor le contestó: -somos cincuentas, mentiras somos tres payasos, para su circo.- El dueño al ver las ganas de aquellos payasos los contrató.
Llegaron al circo y se conocieron con todos, los tres payasos nuevos estaban muy contentos de ver ese circo tan bonito.
Llegó el dueño del circo con los otros payasos que se habían perdido, los encontró a la orilla de la carretera pidiendo comida, como eran sus mejores payasos los montó al carro y se los llevó al circo, pero había un pequeño detalle, que los otros tres payasos estaban esperando en el circo para mostrar su función.
Entonces el dueño del circo decidió contratarlos pero con la condición de que se disfrazaran uno de vaca, el otro de burro y el otro de cerdo. Los tres payas aceptaron y se quedaron. Así los tres payasos siguieron siendo los mejores payasos.
Autor
María Camila Caicedo
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